La inteligencia social o relacional se encarga de facilitar el llevarnos bien con todo el mundo, no sólo con nuestros amigos.
Nos aconseja parecido a la Inteligencia física, pero nos habla con nuestra percepción del tiempo. Cuando estamos en una relación adecuada es cuando de repente nos damos cuenta de que existe el reloj, que ha pasado mucho tiempo. Sin embargo si no estamos a gusto no paramos de mirar el reloj, nos crece el tiempo. Hace que el tiempo vuele (estamos bien) y, cuando el tiempo no pasa, se hace muy lento (estamos mal).
Para sentirnos bien, tener una inteligencia social alta es sentir que se nos pasa el tiempo a todo momento ultra rápido. Indica que hemos de conseguir ese rumbo en el que realzamos nuestro bienestar.
Su objetivo es generar relaciones satisfactorias con los demás. Más que en la cantidad se basa en la calidad.
Se comunica con uno a través del tiempo y del sentido del humor. Es decir, relaciones que nos hagan salir del tiempo y que nos hagan estar felices, alegres. Recuerda esos ratos con amig@s en los que parece que el reloj haya avanzado demasiado rápido.
Su información es binaria: relación satisfactoria vs. relación insatisfactoria.
La relación con la inteligencia lógica generalmente es contradictoria. La I. lógica se va a oponer a la social mediante etiquetas, argumentos… Sin embargo, utilizando la inteligencia social nos relacionaremos con los demás mediante la faceta que escojamos para establecer los puentes, es decir, nuestro cambio de actitud ante una situación concreta. Este cambio se llevará a cabo desde nuestra faceta más auténtica, más verdadera, sin hipocresías.
Para potenciar esta inteligencia, se puede entrenar mediante la gestión de las relaciones lo que implicará:
La inteligencia social no se equivoca y trabaja en la misma línea que la física y la intuitiva, ya que las tres proceden directamente de la vibración energética.
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