El cuento del burro de Jorge Bucay, nos muestra el cómo ser resilientes, aprovechando las ocasiones y situaciones que, tal vez con un enfoque más amplio y desde la serenidad, podemos resolver y lo que antes parecía un obstáculo, tornarse en un trampolín para nuestro avance.
Un día, el burro de una campesina se cayó en un pozo. El animal lloró durante horas, mientras la campesina trataba de averiguar qué hacer.
Finalmente la campesina decidió que el animal ya estaba viejo, el pozo estaba seco, y necesitaba ser tapado de todas formas y que realmente no valía la pena sacar al burro.
Invitó a todos sus vecinos para que vinieran a ayudarla. Todos cogieron una pala y empezaron a tirar tierra al pozo. El burro se dio cuenta de lo que estaba pasando y lloró horriblemente.
Después, para sorpresa de todos, se tranquilizó…
Después de unas cuantas paladas de tierra, la campesina miró al fondo del pozo y se sorprendió de lo que vio: Con cada palada de tierra, el burro estaba haciendo algo increíble, se sacudía la tierra y daba un paso hacia arriba.
Mientras los vecinos seguían echando tierra encima del animal, él se sacudía y daba un paso hacia arriba. Pronto todos vieron sorprendidos cómo el burro llegaba hasta la boca del pozo, pasaba por encima del borde y salía trotando.
La vida va a echarnos tierra, todo tipo de tierra. El truco para salirse del pozo es sacudirse la tierra y dar un paso hacia arriba. Cada uno de nuestros problemas es un escalón hacia arriba. Nosotros podemos salir de los más profundos huecos.
<<Volver>>
Escribir comentario