En realidad, somos y nacemos como esencia, felices, en nuestra paz, con todo el amor del mundo, es más, somos materia de amor.
Una vez salimos al mundo, ya empiezan los dramas, los lloros, el malestar y la indefensión.
El escudo que nos ponemos, el constructo de defensa, al que llamamos ego, se trata de ese mecanismo de defensa del cual surge el victimismo, la esclavitud, el miedo, la falsedad, el egocentrismo, la reactividad y la ignorancia, generando que te conviertas en un sucedáneo de quien en realidad eres.
¿Hay algo más importante que conocerse a uno mismo? El poder estar en ti te confiere el éxito de ser tu mejor amig@, de hacer equipo contigo mism@ y evitar boicotearte.
Vivir en la incertidumbre puede ser un proceso creativo, un acto de confianza en ti y en la vida. Nada es absoluto ni repetitivo en la naturaleza. Somos parte de ella, por lo tanto, si consideras el desapego y, tal y como hacías de pequeño o pequeña, te dejas sorprender, tienes la mente abierta a lo diferente, habrás transformado el miedo a la incertidumbre en una aventura diaria. Sólo tú pones el entusiasmo o el miedo,
Si, en tu interior, te sientes tenso, inseguro, estresado y en conflicto, las situaciones externas se verán afectadas por estos bloqueos. No somos robots, sin embargo sí tenemos el conocimiento de que, según nuestro estado interno, atraemos optimismo o todo lo contrario. La varita mágica está en nuestras manos.
Al mismo tiempo, si tu situación exterior te parece errónea, conducirá a tensión, estrés, incertidumbre y conflicto.